Esto es algo... Extraño... Que se me ocurrió cuando leia sobre el ritual de zombificación haitiano. Es una mezcla de como tres cosas. Hehe.
Teje, teje. Teje con furor su telaraña. La araña que reposa en su obra de arte, pareciendo casi frágil. La malla de seda especial ofrece mil resplandores, mil colores, una ilusión. El insecto por su parte toma tetrodotoxina de la boca de Cupido, una inyección de petrificante gusto. El estado catatónico del enamorado. Sus ojos en busca de la visión se abren, el despliegue caleidoscópico encuentran. Es ella.
La maestra en su arte se acerca a su víctima atrapada y el éxtasis en veneno le inyecta. Clava sus colmillos con fuerza, pero suavemente. Es sutil, pero mortal. Abraza a su amado y lo envuelve en delirio.
–Todo lo que desees haré –afirma él, privado de todas sus libertades.
–Dame lo que más aprecias –exclama ella.
–Te adoro a ti, diosa de mis sueños.
–Si todo lo que desee consentirás, tomaré tu vida entonces –susurra, abrazándolo con fuerza, haciéndolo sentir más cercano a ella. Besándolo, atrapándolo.
Él no se rebela ni lo hará. Con un estado alterado de consciencia asentirá. Aprobará cualquier propuesta de su ahora dueña.
–Todo tuyo soy, ahora y siempre, pues te amo.
Los ojos del ya zombi se cierran al beso mortal. Esa última frase era el detonador final. Ocho poderosas patas se apoderan de su ahora frágil cuerpo. Toda la belleza ahora se concentra en un par de colmillos cargados de hambre y deseo. Toda su sangre consumirá. La ofrenda a su diosa. Su sangre. Su amor.
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