La conocí el sábado. Era hermosísima. Tenía un color claro pero tostado, como crema; no, crema no, arequipe; dulce de leche. Huh, debo dejar de pensar en comida. En fin, creo que fue amor a primera vista ¿sabes? La seguí con la vista, iba hacia mí. Sentí que mis manos se movieron para tocarla, pero en realidad no, estaba petrificado. La vi frente a mi y se entregó a mis brazos. La toqué. Pasé mis manos por aquellas curvas pronunciadas. Pasé mis dedos por su cuello y la acaricié. La satisfacción que pude sentir fue increíble, adoré la sensación. Y entonces dije, "tengo que tener esta guitarra".

March 27, 2010 at 11:55 AM
Jejeje... Eres una ratica... jeje
March 29, 2010 at 2:38 PM
Mi querida amiga. Yo no se tocar la guitarra. Pero lo intento. Cada viernes noche...
Siempre suyo
Un completo gilipollas